Vivencias

He visitado esta playa en dos ocasiones,me gusta mucho!, está en Ana María Island, aquí en la Florida; a solo hora y media de donde vivo, está algo lejos, por lo menos para mí porque en Cuba tenía la costa norte a solo diez minutos en guagua; pero casi nunca iva a bañarme allí, por mucho que me gusta el mar, allí no la pasaba bien, porque aquello se llenaba de gentes, y como es costa estaba llena de erizos, no había una vez que me bañara y no saliera con los pies llenos de punticos negros, eso es muy doloroso, sobre todo después cuando te los quieres sacar.

A las playas a las que sí me gustaba ir mucho eran a las playas del este de la Habana, porque estas tienen arena,muy finita, algunas matas de coco, donde me refugiaba del sol, pero aún así siempre terminaba quemada , la piel se me ponía roja como un tomate, a veces me inventaba yo misma un bloqueador solar, con miel de abejas y otras sustancias que es mejor no revelar, pues no quiero que me copien la receta, vá y después la hacen y se llevan todos los méritos.
Todo estaba muy bonito hasta que un dia me robaron la ropa, llegué a la playa después de estar dos horas de pié en una guagua, estaba deseosa de meterme al agua, las gotas de sudor me corrían por todo el cuerpo y el sol era sofocante, rápidamente me quité la ropa, llevaba un short y un t-shirt, muy bonitos por cierto!,me los habia regalado mi mamá, y entre las ropas puse mi reloj-monedero, ahí tenía el dinero para comer algo en la playa y para pagar la guagua que me llevaría de regreso a la casa, no hice nada mas que tocar el agua con mis pies, y cuando miré hacia atrás la ropa se había esfumado por arte de magia.

Me sentí muy mal, miraba hacia todos lados y todo el mundo me resultaba sospechoso; sería ilógico decir que entre tantas gentes allí presentes encontraría a los ladrones y a mi ropa, claro que no...!; yá les digo...como por arte de magia desparecieron ambos, la ropa y los ladrones; yo me sentí muy triste, preocupada y abochornada, porque me dí cuenta de que tenía que regresar a mi casa en trusa, o traje de baño, pues miren que así mismo fue!, a la hora de salir de la playa no sentí pena alguna porque todos en la guagua estaban en trusa,pero cuando la guagua salió del este de la Habana que llegó a la Habana Vieja, donde rendía el viaje, allí sí se me caía la cara de verguenza, pues yo tenía que esperar otro autobus que me llevaría hasta mi barrio;pues no me quedó mas remedio que andar así, en pleno traje de baño por toda la Habana Vieja hasta El Prado, allí encontré la parada de la guagua donde tuve que esperar por media hora a que esta llegara, me subí en ella avergonzadísima, todo el mundo me miraba, algunos con cara de pícaros, pero otros me miraban como pensando que yo era una sinverguenza ; fue un viaje muy muuuy largo para mí, era supuestamente un viaje de 45 minutos y para mí aquellos 45 minutos fueron una eternidad, hasta que por fin llegué a Buena Vista,pero antes tenía que pasar por la última prueba de fuego, ir caminando alrededor de 5 cuadras para llegar a mi casa, yo creo que en vez de caminar yo queria volar, y en el camino no quiero ni recordar ni repetir cuantas cosas me vociferaron algunos hombres; por fin llegué a mi casa, enseguida mi mamá me preguntó por qué yo andaba sin ropas, le conté lo que me había pasado casi con lágrimas en los ojos, ella no me regañó, solo me dijo: date un baño para que comas que es tarde!; me dí mi baño, casi no comí y me acosté, no pude dormir en toda la noche, ví el sol salir, y entonces me quedé dormida.

No creo poder olvidar esto nunca, tampoco la cara de mi mamá cuando me vió.